Como mamás, madre educadoras, amas de casa y creyentes, somos muy enfocadas en servir y dar nuestro tiempo y energía a los demás. Esta es parte de nuestra misión personal, familial y comunitaria y es algo que la palabra de Dios nos manda a hacer.
Pero servir a los demás y darnos a nuestras familias y comunidades no es mutuamente excluyente con honrar la dignidad de nuestra propia persona y cultivar nuestro propio crecimiento como hijas de Dios e imágenes de Cristo.
¿Qué es el “Scholé”?

Scholé, la palabra griega para “ocio”, es la raíz de la palabra “escuela” y puede describirse como “aprendizaje en reposo.”
No se trata de un ocio que nos permita tumbarnos en el sillón a ver la televisión o pasar horas jugando a videojuegos sin pensar. Es un ocio que consiste en actividades de calidad, actividades destinadas a satisfacer nuestras mentes y almas.
Scholé significa tomarnos un tiempo para educarnos. No de una manera frenética, pensando que debemos terminar este libro de texto la semana que viene, sino de una manera relajada y contemplativa, en la que pasamos el tiempo disfrutando de la poesía, leyendo libros buenos y contemplando la naturaleza de la belleza.
Scholé significa buscar la Verdad, la Bondad y la Belleza ante todo, dejando de lado agendas personales, objetivos orgullosos y deseos de control para que podamos estar abiertos y ser capaces de abrazar la Verdad, la Bondad y la Belleza cuando las veamos.
¿De qué se trata la “Cultura Madre”?
Scholé, el acto de aprendizaje en reposo, forma la base de lo que en este artículo llamaré la “Cultura Madre”.
La “Cultura Madre” es un término específico popularizado y registrado por Karen Andreola, autora de “A Charlotte Mason Companion”. Si bien el concepto de “Cultura Madre” no se encuentra en ninguno de los volúmenes de Charlotte Mason sobre su filosofía educativa, aparece en un artículo de 1892 de “The Parents’ Review”, una revista que se enviaba a los miembros de la Unión Nacional de Educación de Padres (PNEU) en Inglaterra a fines del siglo XIX y principios del XX.
La PNEU fue cofundada por Charlotte Mason, quien fue pionera en la reforma educativa en Inglaterra durante su vida. Fundó la PNEU, así como una escuela de formación de maestros, escuelas y publicaciones periódicas, todo con el objetivo de la reforma educativa. Sus experiencias como maestra la inspiraron a escribir la serie de volúmenes antes mencionada, en los que exponía sus ideas y teorías educativas.
La revista se describía como “una revista mensual de educación y cultura en el hogar” y los suscriptores eran, por lo general, padres que educaban a sus propios hijos en su hogar o que tenían una estrecha relación con otra persona, como una institutriz, que educaba a sus hijos en casa.
En la revista del “Parent’s Review” una colaboradora llamada con la letra “A” argumentó que:
Lo que necesitamos [como madres, amas de casa y educadoras en el hogar] es un hábito de sacar nuestra mente de lo que uno se siente tentado a llamar “el saco de trapos domésticos” de perplejidades, y darle un buen aire en algo que la mantenga “creciendo”. Una caminata rápida ayudará. Pero, si queremos hacer lo mejor que podamos por nuestros hijos, debemos crecer; y de nuestra capacidad de crecimiento depende, sin duda, no sólo nuestra futura felicidad, sino también nuestra futura utilidad… ¿No hay alguna necesidad de una “cultura materna”?
A., PARENTS’ REVIEW VOLUMEN 3, NÚM. 2, 1892/93, PÁGINAS 92-95

¿En qué consiste el “Scholé” y la “Cultura Madre”?
Como su nombre lo indica, scholé es un aprendizaje tranquilo, es decir, no un aprendizaje con un objetivo final, sino una búsqueda que te propones enriquecer y nutrir tu bienestar.
El scholé y la cultura madre consiste en oportunidades de recreación—Como caminar, nadar, leer, jugar y bailar. Incluye la contemplación—La meditación, la soledad, el silencio, tiempo en la naturaleza y la creación de Dios. Incluye la expresión creativa—Escritura, música, artesanía, diseño, ilustración, paisajismo, fotografía, composición de canciones… la lista continúa.
El scholé y la cultura madre consisten en cualquier practica, habito, ritual, y/o elemento que te anima la maravilla, que activa una chispa de entusiasmo, que enerva una fuerza vital, que nutre la imaginación, que te permite jugar, que inspira una sensación de vida radiante.

¿Por qué debemos prioritizar el scholé y la “Cultura Madre”?
Para poder ser servidores eficaces en nuestros hogares y nuestras comunidades, debemos honrar la manera en que nuestras mentes fueron creadas para crecer y evolucionar a lo largo de una vida, priorizando las actividades que invitan al aprendizaje, al crecimiento personal y a la maduración mental y espiritual.
He descubierto que cuando yo no me dedico a mis propias actividades educativas, si violo constantemente los límites que me ayudan a mantenerme segura, saludable y bien (en cuerpo, mente y espíritu), si estoy tan concentrada en lo que hace mi esposo, en lo que hacen mis hijos, en lo que están haciendo los demás, a expensas de reconocer cómo estoy invirtiendo sabiamente mis esfuerzos… no soy capaz de completar mis vocaciones con integridad, no estoy disponible para hacer mi trabajo de manera efectiva, ni soy capaz de glorificar a Dios de la manera en que Él debe ser glorificado.
La mente de una ama de casa tiene una gran necesidad de vitalidad y es una fuerza poderosa para el bien y la belleza cuando está bien nutrida.
De lo contrario, termina teniendo la mente seca y vacía y el corazón frustrado y resentido.
También valoro el hecho de que sea un buen ejemplo para mis hijos. En una época en la que tanta gente está pegada a las pantallas con tanta frecuencia, creo que los niños necesitan ver a alguien que desee crecer por sí mismo de maneras que no estén relacionadas con una pantalla. Podemos brindar más ejemplos de cómo podemos mejorar y convertirnos en la persona que Dios nos creó para ser.
¿Cómo empezar con el scholé y la “Cultura Madre”?
La madre debe tener tiempo para sí misma. Y no debemos decir “no puedo”. ¿Puede alguno de nosotros decir, hasta que lo haya intentado, no durante una semana, sino durante un año entero, día tras día, que “no podemos” tener media hora de las veinticuatro para la “cultura de la madre”? Media hora en la que podamos leer, pensar o “recordar”.
A., PARENTS’ REVIEW VOLUMEN 3, NÚM. 2, 1892/93, PÁGINAS 92-95
El “scholé” es algo en que se tiene que buscar el tiempo para hacerlo—es algo que se tiene que crear el tiempo para hacerlo.
Para comenzar, simplemente necesitas empezar—incluso si son solo 15 minutos al día, debes aprender a planificar, priorizar y reservar tiempo para tus propias actividades educativas, creativas y/o espirituales.

Ideas prácticas de la “Cultura Madre” y el scholé
- La lectura personal (ficción, no-ficción, poesía, literatura clasica, etc)
- Asistir y/o guiar grupos de lectura, aprendizaje y/o discusión
- Escribir y narrar en diarios (diario de naturaleza, diario historico, diario de frases y citas, etc)
- Estudio bíblico, teología y oración
- Escritura y memorización de las Sagradas Escrituras
- Artes plasticas y manualidades
- Caligrafía y la costura
- Bailar, cantar en un coro, participar en obras de teatro u otras artes dramáticas
- Aprender tocar un instrumento, practicar en una banda u orquesta
- Estudios disciplinarios enfocados, educación continua, cursos y clases prácticas
- Visitar museos, estudios, galerías y centros educativos
- Hornear, decorar pasteles, las artes culinarias
- Tiempo en la naturaleza, jardinería, avistamiento de aves
- Observación de estrellas, la astronomía
- Deportes, ejercicio, entrenamiento atlético
- Deportes acuáticos, pesca, buceo
- Aprender y practicar idiomas extranjeros
- Asistir a festivales culturales, de cine o de música
- Días de spa, masajes y retiros
- Escribiendo blogs, podcasting, la codificación y el arte digital
- Juegos de mesa y trivia
- Voluntariado
- Cata de café, de te y de vinos
- El herbolario, la fabricación de velas, la fabricación de jabón
- Antigüedades y decoración de interiores
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