Cuando una empieza a considerar dedicarse a ser la educadora de tus hijos, muchas piensan que el primer paso es encontrar un curriculum o crear un plan de estudios para sus hijos.
Pero antes de tomar cualquier decision práctica de implementación de estudios y curriculos, una se tiene que establecer una fundación filosófica para poder alinear sus decisiones educativas con sus valores y creencias sobre la educación.
¿Qué es la filosofía?

La filosofía es el estudio de cuestiones fundamentales sobre la existencia, el conocimiento, los valores, la razón, la mente y el lenguaje. Busca comprender y explorar los principios y conceptos subyacentes que rigen el pensamiento y la conducta. La filosofía a menudo implica pensamiento crítico, razonamiento lógico e investigación sistemática de diversos aspectos de la vida humana y el universo.
La filosofía tiene como objetivo profundizar nuestra comprensión de nosotros mismos, nuestras creencias y el mundo que nos rodea. Fomenta el pensamiento crítico, promueve la curiosidad intelectual y fomenta la apertura mental. Los filósofos suelen abordar problemas complejos y tratar de aclarar conceptos que dan forma a la experiencia humana y a la sociedad.
Si queremos ser intencionales sobre nuestras vidas como mamás, amas de casa y madre educadoras, tenemos que reconocer las creencias principales y fundamentales que están informando lo que hacemos día en día.
¿Qué es la filosofía educativa?
La filosofía educativa se refiere a un conjunto de creencias y valores que guían el enfoque de la enseñanza y el aprendizaje. Abarca ideas sobre la naturaleza del conocimiento, el propósito de la educación, el papel del maestro y el alumno, y los mejores métodos para alcanzar los objetivos educativos. Sirve como base para el desarrollo curricular, las estrategias de instrucción y las prácticas educativas.
Las dos preguntas fundamentales que defina una filosofía educativa consisten en:
- ¿Qué es una persona? y
- ¿Cómo aprende una persona?
La persona, o sea la personalidad, siempre es central cuando se considera la filosofía.
¿Para qué sirve tener una filosofía educativa definida?
La filosofía educativa informa los principios, las prácticas y los métodos de cualquier proyecto educativo, incluyendo la educación en el hogar.
Filosofía educativa: esta forma la base de las creencias sobre la educación. Por ejemplo, una filosofía que valora la educación holística puede priorizar el desarrollo emocional y social junto con el académico.
Principios: de la filosofía surgen principios que guían el enfoque general de la educación. Por ejemplo, un principio podría ser que el aprendizaje debe estar centrado en el estudiante, enfatizando las necesidades e intereses individuales.
Prácticas: estos principios informan las prácticas educativas específicas, como el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje basado en proyectos o las actividades experienciales. Proporcionan un marco para la forma en que se imparte la educación.
Método: Por último, las prácticas determinan los métodos empleados en el ámbito de la educación en el hogar. Por ejemplo, si el principio es el aprendizaje centrado en el alumno, los métodos pueden incluir proyectos prácticos, debates y planes de aprendizaje personalizados.
¿Qué es el valor practical de aclarar mi filosofía educativa?

Personalización
Una filosofía educativa es personal porque encarna los valores, creencias y experiencias particulares de cada individuo. Es un reflejo de quiénes son como educadores y cuidadores, y determina su forma de abordar la enseñanza y el aprendizaje. Recuerda que no es algo que sirva para todos, lo que significa que la filosofía de una persona no es algo que se pueda probar y llevar puesto. Es algo vivo. Considérelo como un arte que se crea, se ajusta y se repara. Esta conexión personal no solo profundize la experiencia educativa de los padres, sino que también crea un entorno de aprendizaje más intencional, significativo y personalizado para los niños.
Orientación y dirección
Una filosofía educativa proporciona un marco claro que guía la toma de decisiones en cuanto a opciones curriculares, métodos de enseñanza y entornos de aprendizaje. Ayuda a los padres a navegar por la amplia gama de recursos y enfoques educativos disponibles, asegurando que sus elecciones se alineen con sus valores y objetivos.
Coherencia en la educación
Tener una filosofía bien definida promueve la coherencia en la enseñanza y el aprendizaje. Esta coherencia ayuda tanto a la madre como a los niños a entender qué esperar, fomentando un entorno de aprendizaje estable. Garantiza que las prácticas educativas sean coherentes y se centren en el logro de los objetivos educativos de la familia.
Alineación con los valores familiares
La elaboración de una filosofía educativa permite a una madre que educa en casa integrar los valores y creencias fundamentales de su familia en el proceso de aprendizaje. Esta alineación garantiza que la educación no se trate solo de logros académicos, sino también de fomentar el carácter, la ética y la responsabilidad social.
Adaptabilidad al cambio
Una filosofía educativa intencional proporciona una base que puede adaptarse a los cambios en las circunstancias de la familia o las necesidades cambiantes de los niños. Cuando surgen desafíos o cambian los intereses, una filosofía clara ayuda a las familias a ajustar su enfoque sin perder de vista sus objetivos generales.
Empoderamiento y confianza
Al desarrollar una filosofía educativa, una madre que educa en casa se empodera y se siente más segura de su papel como educadora. Comprender sus creencias sobre la educación le permite defender las opciones educativas de su familia y participar en debates significativos con otras personas sobre su enfoque.
Fomentar el aprendizaje permanente
Una filosofía intencional fomenta el amor por el aprendizaje, no solo en los niños sino también en la madre. Fomenta una mentalidad que valora la curiosidad, la exploración y el crecimiento, preparando el escenario para el aprendizaje permanente dentro de la familia.
Crear un entorno de aprendizaje positivo
Una filosofía educativa bien articulada ayuda a crear un entorno de aprendizaje positivo y de apoyo. Cuando los niños comprenden el propósito y los valores detrás de su educación, es más probable que participen plenamente y se apropien de su recorrido de aprendizaje.
Reflexión y crecimiento
La elaboración de una filosofía educativa fomenta la reflexión y el crecimiento continuos. Incita a las madres que educan a sus hijos en casa a evaluar continuamente sus prácticas, adaptar sus enfoques y permanecer abiertas a nuevas ideas y metodologías que puedan mejorar la educación de sus hijos.
Construir conexiones comunitarias
Una filosofía educativa intencional también puede ayudar a las madres a conectarse con familias y comunidades con ideas afines. Proporciona una base para formar relaciones con otros educadores en casa que comparten valores y objetivos educativos similares.

Otras consideraciones valiosas
Filosofía individual vs. formal
Filosofía individual: se trata de un conjunto personal de creencias que pueden surgir de experiencias, valores y reflexiones individuales. Suele ser intuitiva y puede evolucionar en función de las experiencias y las interacciones.
Filosofía formal: se refiere a teorías y marcos establecidos desarrollados por filósofos y educadores a lo largo del tiempo. Incluye filosofías bien definidas como el constructivismo, el conductismo y el humanismo, que proporcionan un enfoque más sistemático a la educación.
La filosofía es mutable
La filosofía es mutable porque no es estática; evoluciona con el tiempo a medida que nuevas experiencias, investigaciones y cambios sociales influyen en las creencias y los valores. Las filosofías educativas pueden cambiar en función de:
Experiencias personales: las experiencias de un maestro o de un padre pueden cambiar sus perspectivas sobre la enseñanza y el aprendizaje eficaces.
Contextos culturales: a medida que cambian los valores sociales, las filosofías educativas pueden adaptarse para reflejar esos cambios.
Investigación e innovación: los nuevos descubrimientos en psicología, neurociencia y pedagogía pueden generar cambios en la comprensión de cómo aprenden mejor los niños.
Una filosofía educativa se construye ladrillo a ladrillo.
La construcción de una filosofía educativa es un proceso gradual e intencional de desarrollo de un conjunto coherente de creencias y valores sobre la educación. Esta construcción involucra varios elementos, entre ellos:
Autorreflexión
El proceso comienza con la autorreflexión. Los educadores o los padres que educan en casa evalúan sus propias creencias sobre el aprendizaje, la enseñanza y el propósito de la educación. Esta introspección sienta las bases para toda la filosofía.
Valores fundamentales
Identificar los valores fundamentales es crucial. Estos valores pueden incluir el respeto, la curiosidad, la creatividad, la equidad o la resiliencia. Son componentes esenciales que influyen en las decisiones y las prácticas. Los valores deben estar alineados con las creencias personales y familiares, lo que garantiza que el enfoque educativo refleje lo que es verdaderamente importante para la familia.
Investigación y evidencia
La interacción con la investigación y la literatura educativas proporciona conocimientos basados en evidencia sobre métodos de enseñanza y estrategias de aprendizaje eficaces. Esta investigación actúa como el mortero que mantiene unidos los ladrillos. Mantenerse informado sobre las tendencias y teorías educativas actuales fortalece la filosofía y respalda el crecimiento continuo.
Experiencia y práctica
Las experiencias de la vida real en la enseñanza o la crianza de los hijos brindan lecciones valiosas. El ensayo y error, los éxitos y los desafíos contribuyen a refinar la filosofía educativa. Reflexionar regularmente sobre estas experiencias ayuda a integrar el conocimiento práctico en la filosofía más amplia.
Comunidad y diálogo
La interacción con otros educadores, padres y estudiantes puede ofrecer nuevas perspectivas y conocimientos. Esta interacción ayuda a dar forma y enriquecer la filosofía, agregando nuevos “ladrillos” a la estructura. Unirse a grupos de educación en el hogar o comunidades educativas fomenta la colaboración y el aprendizaje compartido.
Revisión y adaptación
Así como un edificio requiere mantenimiento, una filosofía educativa necesita una revisión y adaptación periódicas. Reflexionar sobre lo que funciona y lo que no permite una mejora continua. Las circunstancias de vida, las necesidades de los niños y los paisajes educativos pueden cambiar, lo que requiere ajustes a la filosofía.

En resumen, la filosofía educativa da forma a las creencias y valores que guían la enseñanza y el aprendizaje. Al reflexionar sobre cuestiones fundamentales y reconocer la diferencia entre la filosofía individual y la formal, los padres y los educadores pueden desarrollar un enfoque educativo coherente. Esta filosofía es dinámica, evoluciona con las experiencias y los cambios sociales, e informa los principios, las prácticas y los métodos, creando un marco cohesivo para la educación en el hogar.
Leave a Reply